Ha entrado un elefante en mi oficina
Poderosos sistemas de información que claman sus virtudes como repositorio de todas las transacciones que se realizan en nuestra organización, potentes aplicaciones capaces de resolver problemáticas complejas de algún área de nuestra empresa, flamantes sistemas ERP que prometen unificar absolutamente todos los procesos de gestión empresarial de forma centralizada y coherente, sistemas de bases de datos que incorporan las últimas innovaciones en el uso de cachés en memoria… ¿realmente los necesitamos? Sí y no.